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Editorial

REFORMAS EDUCATIVAS: POTENCIALIDADES HUMANAS

EDUCATIONAL REFORMS: HUMAN POTENTIALITIES


icono orcid icono correo Julián Álvarez Acosta
  Director de Revie

Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice), República Dominicana

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CÓMO CITAR:

Alvarez-Acosta, J.(2024). Reformas educativas: potencialidades humanas [Editorial]. Revista de Revista de Investigación y Evaluación Educativa, 11(2),4-6. hhttps://doi.org/10.47554/revie.vol11.num2.2024.pp4-6

La humanidad, en sentido global, se enfrenta a cambios y transformaciones no previstos hasta ahora, con incidencia en los ámbitos locales. Estos cambios propician incertidumbre en lo social, lo político y lo económico; vienen acompañados de un vertiginoso avance en el desarrollo tecnológico. Este panorama incide de manera directa en el quehacer educativo, generando la preocupación. ¿Cómo se está preparando una sociedad, sobre todo sus generaciones más jóvenes, para afrontar las transformaciones impensables que se avecinan?

En épocas pasadas la gente tenía plena seguridad de que las cosas no cambiarían tan rápido. Hoy en día, en cambio, no se está tan seguro de cómo será el mundo en los próximos 50 o 70 años. Ese estado de incertidumbre hace pensar que lo que los niños aprenden hoy día puede ser que, para final de siglo XXI, ya no sea relevante. Ante este panorama, las decisiones que han de tomar los líderes y gestores educativos en las próximas décadas orientarán el futuro de la propia vida y las decisiones a tomar serán a partir de la visión que se tenga de hacia dónde va el mundo, en donde el devenir del azar no será el árbitro.

Bajo esta aureola, las escuelas centran demasiado interés en proporcionar a los alumnos un conjunto de habilidades predeterminadas, enfocadas en cómo resolver ecuaciones diferenciales, escribir en lenguajes de programación, etc., sin tener una idea clara sobre el hecho de que, en un futuro no muy lejano, la IA lo podría hacer mejor. En este sentido, puede quedar en entredicho la formación en habilidades técnicas a favor de unas habilidades de uso general para la vida. Siendo más desafiante la capacidad de entenderse con el mundo del cambio, para lo que hay que estar más decidido a aprender nuevas cosas que propicien un equilibrio mental con la habilidad de interactuar con nuevas situaciones no previstas. Es posible que todo cambie, y que esto influya hasta en el significado del ''ser humano''.

En el plano regional de América Latina y el Caribe, con el interés de responder a esa preocupación, los líderes y gestores educativos se han embarcado en numerosas reformas educativas, pretendiendo involucrar a los docentes, cuyos resultados obtenidos no siempre han sido los esperados. Tal vez no ha habido un diálogo franco para conciliar las diferencias sobre un proyecto en común, con los acuerdos de impulsar los cambios educativos de cara al futuro, asumidos con una responsabilidad compartida. Pudo haber hecho falta la capacidad de escuchar al Otro, algo de tolerancia para discutir y analizar no solo lo referido al currículo escolar, sino también poder participar en la discusión de las políticas educativas.

Como es de conocimiento de todos los que están involucrados en la actividad educativa, área objeto de investigación y de trabajo, son conscientes de que es una realidad de alto nivel de complejidad. En ocasiones, entre la escuela y el ministerio que las rige, faltan informaciones y conocimiento de lo que realmente hay que hacer, dejando el espacio a las intuiciones particulares. Esta difícil tarea hace pensar que una cosa es querer cambiar la educación y otra es lograrlo.

La idea de reforma es pensada desde "arriba" con el interés de que sean apropiadas desde "abajo". Así que, cambiar la cultura escolar y las prácticas pedagógicas desde abajo, no han logrado tener un resultado eficaz. Todo parece indicar que los cambios educativos no están en las manos de los gestores educativos ni en los docentes. Antes bien, parece ser una tarea que va más allá de sus posibilidades: una tarea para ser asumida por toda la sociedad. Un sistema educativo tiene por finalidad formar el modelo de ciudadano al que aspira una sociedad determinada. Una sociedad ha de ser el reflejo perfecto de la educación y los valores que en ella se transmiten.

Un elemento de cambio de perspectiva es apostar por una educación consciente en el entorno de la familia y la escuela. Es orientar las reformas, no desde la gestión, sino desde las potencialidades del Otro, el niño y los adolescentes. Es cuestionarse sobre las genialidades que están dormidas en su interior. Es reconocer que en el ser humano hay una serie de potencialidades que hay que descubrir y desarrollar.

Esto requiere un cambio de perspectiva en las reformas educativas. Es propiciar un nuevo paradigma educativo en el que el niño sea el principal agente de transformación y creador de su propia experiencia; es hacerlo sujeto, agente de su propio cambio y de su realidad. Esto supone repensar la escuela y la educación. Se trata de recobrar el sentido original del término escuela, del latín schola, que significa tranquilidad y tiempo libre. Y el término educación, del latín educere, significa desarrollar el intelecto desde las potencialidades del sujeto educado. Es sacar lo mejor que se lleva dentro como potencialidades humanas.

Una reforma educativa que pretenda tener éxito ha de asumir este nuevo paradigma, donde la escuela, de ser una mera transmisora de conocimiento, siendo el aprendizaje el único interés, pase a atender al sujeto como ser humano único e irrepetible.

Las reformas educativas han sido más comprometidas con el sistema que con los niños y adolescentes. Han estado comprometidas para propiciar la competitividad, la dependencia y el individualismo. Y no se trata de eso; se trata de crear un ser humano diferente, con nuevos valores, que respete al ser humano y que sea educado para promover la paz entre sus congéneres. Lograr estas transformaciones supone una sociedad responsable y, por ende, un docente responsable que conozca las necesidades de los niños, que los lleve a descubrir sus potencialidades desde muy pequeños. Así se estará en camino de comprender el verdadero significado de la educación; es ir de la mera transmisión de conocimiento a desarrollar las potencialidades humanas para que sean verdaderos ciudadanos libres y responsables. Es una educación de igual a igual con el ser humano, y en armonía con el mundo que habitamos y compartimos.

La perspectiva de cambio que se da en el mundo actual y la formación del tipo de ciudadano que ha de estar apto para interactuar y dar respuesta adecuada requieren realizar estudios que permitan algún nivel de certeza ante la incertidumbre de lo que se avecina. Esto unido a investigaciones en los sistemas educativos desde el paradigma del Otro, del niño, para que potenciales reformas educativas logren sus objetivos. Los resultados de estos estudios aportarán informaciones a tomar en cuenta para pensar las reformas, en vista a desarrollar las potencialidades que brotan del interior del alma de cada niño. Es asumir el paradigma que permita ir desde el interior hacia afuera, y no al revés.