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Editorial

ÉTICA EN LA INVESTIGACIÓN Y EN LA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA: DESAFÍOS ACTUALES

ETHICS IN RESEARCH AND SCIENTIFIC PUBLICATION: CURRENT CHALLENGES


icono orcid icono correo Álvarez Acosta, Julián
Director de Revie

Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice), República Dominicana

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CÓMO CITAR:

Álvarez Acosta, J. (2024). Ética en la investigación y en la publicación científica: desafíos actuales [Editorial]. Revista de Investigación y Evaluación Educativa, 11 (1), 4-6. https://doi.org/10.47554/revie.vol11.num1.2024.pp4-6

El desarrollo de las sociedades de hoy está en una enorme dependencia de los resultados de los avances científicos. En ese orden, se es consciente de que la calidad de vida del ser humano depende del desarrollo de la ciencia, y para ello, la sociedad no duda en financiar la investigación científica.

Es un imperativo que la investigación científica se realice con fondos financieros. La fuente de estos fondos es tanto pública como privada, lo que marca una clara relación de dependencia con la sociedad, por lo que se les exigirá a los investigadores un comportamiento ético irreprochable, debido a esto, se confía en ellos, al ser apoyados con los referidos recursos.

El método más común de transmitir información científica es mediante la publicación en revistas especializadas. Este proceso de divulgación constituye un complejo y riguroso sistema de evaluación de artículos que ha de llevar a la elaboración de índices de impacto. Su génesis se remonta al siglo XVII (con Henry Oldenberg (1619-1677), primer secretario de la Royal Society de Londres).

En las últimas décadas, caracterizadas por los avances de las ciencias y la tecnología, es común, cuando un investigador ha alcanzado una posición estable en una universidad o entidad de investigación, ser reconocido como productor de conocimiento. Entonces, debe ser consciente de que interactúa en un ambiente que tiene sus propias reglas de juego: obtener fondos para financiar proyectos de investigación, conseguir otros investigadores colaboradores y, sobre todo, comunicar los resultados de su investigación. Además, debe saber que será reconocido y medido por su factor de impacto (FI), cuyos cálculos son realizados por el Institute for Scientific Information (ISI), y que se da una relación proporcional entre lo imperioso para un investigador notable conseguir ayuda financiera y la excelencia de su currículum.

Sin duda, la evaluación externa e imparcial por la que pasa el manuscrito de un investigador para publicar sus resultados tiene un aspecto positivo en tanto constituye un elemento de progreso científico. No obstante, los aspectos positivos y destacables en la publicación de artículos han traído consigo ciertos desafíos éticos, algunos de los cuales tocaremos a continuación.

Un primer caso es que, ante algunas de las reglas establecidas por las revistas especializadas para la publicación cabe la duda de si el mero índice de impacto de una revista o el número de citas que recibe un artículo es una verdadera medida de calidad del artículo citado. Además, el desafío -justificado- de un investigador de publicar para mejorar su impacto y su posicionamiento ante competidores, abre la posible brecha de falsificación de resultados por el mero interés de publicar.

Por otro lado, la revisión por pares en una revista científica ofrece cierta garantía de calidad sobre lo que se va a publicar, pero, dada la condición humana, se sabe que no es un sistema perfecto: puede darse el caso de que el investigador y los evaluadores no se percaten de un error en un manuscrito, por ejemplo, y este se llegue a publicar. Obviamente, al darse cuenta del error, es un imperativo ético rectificar, pero no tenemos garantía de que ese proceso de revisión y rectificación tendrá lugar.

En la carrera por lograr buenos índices hay que tener cuidado con el denominado “efecto Mateo”, que consiste en sostener que el investigador que más fondos ha recibido y que más artículos se le han publicado tiene todas las puertas abiertas, en cuanto a fama, en las revistas y ante los evaluadores, pues puede generar la falsa creencia de que todo lo que viene de un científico de prestigio será de calidad (caso Bell Labs). Esta perspectiva pone en dificultad a los jóvenes investigadores poder ingresar a la comunidad científica.

Paralelamente, siempre está la posibilidad de seguir lo que han hecho los grandes investigadores y, a veces, tomar de sus ideas, lo que se conoce como la práctica del plagio, sea este intencional o no. Unido a esto está la tentación del autoplagio y la práctica de republicar artículos sin consentimiento del autor ni de la revista en que habían sido publicados, que también se conectan con el deseo del autor de aumentar la lista de publicaciones.

En otra vertiente del mismo problema, es advertible la disyuntiva a la que se puede enfrentar un par revisor de una revista, de tener que escoger entre la ética profesional y sus legítimos intereses personales en un caso en que un evaluador de un artículo note que este contiene informaciones importantes que coincide con su línea de investigación. Se sabe que, en tal caso, se está conminado a informar su inhibición de evaluar el artículo por encontrarse en conflicto de interés, empero, tampoco hay garantías de que esto suceda así.

Lo cierto es que investigar es una actividad profesional que, como tal, ha de estar orientada por principios y normas éticas. Así, el deseo de conseguir fondos y de publicar resultados no debe entrar en conflicto con generar beneficios para la sociedad a través del avance de la ciencia y del conocimiento. De modo que se requiere lograr un equilibrio entre el éxito profesional como investigador y la publicación de resultados.

Los éticos no son los únicos desafíos a los que se enfrenta la publicación científica en general y mucho menos en el área de la educación. En vista de ello, al publicar este número de Revie, los trabajos compartidos abordan problemáticas educativas actuales desde múltiples perspectivas, y aportan hallazgos e ideas innovadoras frente a importantes desafíos que enfrenta la educación de estos tiempos.

Una de las investigaciones discurre sobre una arista medular en los procesos de enseñanza-aprendizaje: los recursos didácticos. Un aporte importante de este estudio en esa línea es el hecho de que devela que, pese a valorar positivamente su potencial, persisten brechas en la incorporación efectiva de innovaciones tecnológicas capaces de enriquecer la experiencia educativa.

A su vez, se presenta una pesquisa que pone su principal foco en los formadores de futuros educadores. La adaptabilidad a entornos cambiantes es una competencia clave en esta era digital, razón por la que resulta auspicioso que los participantes del estudio demostraran flexibilidad y creatividad para afrontar los desafíos que planteó la virtualización súbita de la enseñanza.

También se pone a disposición de la comunidad académica internacional un estudio que examina el Test de Dilemas Morales, herramienta ampliamente utilizada para evaluar el desarrollo del juicio ético. Si bien las adaptaciones analizadas evidenciaron propiedades psicométricas aceptables, los autores advierten la importancia de proseguir con este proceso de validación.

Del mismo modo, ante la elevada demanda actual de educación superior de calidad, se presenta una investigación que disecciona métodos para validar exámenes de ingreso a la universidad. Aunque existe consenso sobre la pertinencia del enfoque argumentativo, el estudio señala falta de claridad metodológica en su aplicación.

Por último, se expone un estudio sobre recursos digitales para discentes con dificultades comunicativas. Pese a los ampliamente reconocidos beneficios de incorporar tecnologías, se constata una escasez de investigaciones sobre sus usos pedagógicos específicos, y ello evidencia la necesidad de más producción científica que sustente intervenciones inclusivas de calidad para este grupo.

De modo general, en este número de Revie se analizan problemáticas educativas vigentes, de mucha relevancia, y se aportan ideas novedosas en aras de avanzar hacia una educación más justa, ética y transformadora.