Para la tradición filosófica occidental, la esencia del ser humano consiste en la capacidad mental y en la formación de comunidades. De ahí se ha deducido que la diferencia de este ser con respecto a los demás animales es la capacidad racional. En esta misma tradición se encuentra un exacerbado dualismo: el ser humano es entendido como una unidad antagónica de mente y de cuerpo, señalando la antropogénesis que el proceso de hominización ha desarrollado dos vertientes, una corporal y otra mental. No obstante, las investigaciones filogenéticas aportan que la mente humana ha sido fruto de la evolución del cerebro, afirmando que sin cerebro no hay mente.
En este marco de debate se señala que los avances científicos y tecnológicos han incidido en cambios estructurales de la corteza cerebral, lo que, según la neurociencia, nos hace humanos. Hoy en día llama la atención el impacto que han generado las inteligencias artificiales (IA) en los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto en la educación superior como en la preuniversitaria. El New York Times alerta sobre las repercusiones que esto puede generar en la universidad respecto al ciberplagio y al pensamiento complejo que tanto McLuhan y -recientemente- Nicholas Carr han venido mencionando.
Los avances de la inteligencia artificial, “la ciencia y la técnica para fabricar máquinas inteligentes”, con la posibilidad de “pensar”, ponen sobre la mesa el futuro de aquellas corrientes sociales e intelectuales que buscan promover el pensamiento científico latinoamericano, en momentos en que resulta casi imposible identificar el plagio en documentos y textos generados por bots y chats de IA. Sin embargo, las redes sociales han servido de promotoras del pensamiento filosófico clásico, incidiendo en la conducta de los jóvenes de hoy.
El reto reside en los docentes que, de alguna manera, deben ajustarse a las exigencias demandadas por la generación de nativos digitales. A su vez, se requiere de cambios en los paradigmas educativos que incidan en las formas de enseñar, de aprender y evaluar los aprendizajes.
La entrega de este número de Revie pone de manifiesto el interés del Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice) por promover una cultura de investigación para la toma de decisiones, contando con artículos que transversalizan aspectos que inciden en una educación de calidad. Aspectos como el desarrollo evolutivo del currículo preuniversitario, desarrollo de habilidades sociales en la primera infancia, didáctica de las ciencias, representaciones sociales y desarrollo de la lectoescritura, recuerdan que el problema educativo no es una cuestión que se observa en su totalidad, pero que tampoco se responde desde una única perspectiva. Así que el determinismo pedagógico da paso a un nuevo debate en el que el problema de la relación de “cuerpo-espíritu” pasa al problema de “mente-cerebro”, visto a partir de la investigación neurofisiológica del cerebro.
En este número de Revie se presentan seis artículos para su consideración sobre las siguientes temáticas:
- El tránsito en la enseñanza de la modalidad presencial a la virtual,
- Validación de un programa de lectoescritura a partir de los resultados de la Evaluación Diagnóstica del Nivel primario en República Dominicana,
- Aportes de una guía didáctica para la mejora de la enseñanza-aprendizaje sobre el cambio climático,
- Verificación de la efectividad del programa Aprender a Convivir,
- La caracterización del currículo en el contexto de la enseñanza preuniversitaria, y
- Un estudio sobre las representaciones de un grupo social sobre la categoría de género.